Ghost in the Shell es una película de culto en cuanto a animación japonesa se refiere. Este viernes 31 de marzo se estrena de forma simultánea la adaptación americana del clásico de manganime en una historia de más o menos dos horas de duración.
En esta adaptación de Hollywood, la historia se sitúa en un futuro donde los humanos se implantan por cualquier parte del cuerpo dispositivos artificiales, con el fin de aumentar sus capacidades.
La protagonista de esta historia es Mira —Scarlett Johansson—, más conocida como la Mayor, siendo el primer híbrido que cuenta con un cerebro humano y un cuerpo 100% artificial. Bajo las órdenes del Ministro de Defensa de Japón, Mira junto a la Sección 9, deberán enfrentarse a un enemigo que trata de destruir Hanka Robotics, la corporación más grande del mundo en cuanto a implantes robóticos se refiere.
La cinta tiene momentos en los que la acción ocurre de golpe, pero ofrece varias escenas en las que hará que el público se aburra, aunque más tarde nos atrae de nuevo con alguna escena de tiroteos.
Un gran punto a favor es su ambientación. Muestra una visión futurista muy ciberpunk, tal cual se describe y percibe en la obra original. Tan solo hay que contemplar las enormes luces de neón, los gigantescos hologramas de los edificios o fijarse en la diferencia entre las clases sociales. Son puntos que demuestran la influencia de la obra original a pesar de tener algunos cambios.
Muchas escenas, sacadas de la película de animación, son muy similares en esta nueva versión. Quizá haya algún cambio en el orden de sucesos, pero se adaptan fielmente a la obra de Mamoru Oshii.
En cuanto a las actuaciones, Scarlett es una buena elección para el papel de Mira, aunque sigue en la estela de la Viuda Negra, recordándonos a su papel dentro de los miembros de los Vengadores. Su personaje, el que más se desarrolla en toda la cinta, consigue todo lo que quiere, pero aún le falta ese toque que caracteriza al personaje de la película original.
Otros personajes, como Batou —Pilou Asbæk— no pasan de ser unos simples refuerzos muy secundarios para Mira, y es una pena que le hayan restado tanta importancia. Por otro lado, Takeshi Kitano da vida a Aramaki; sus diálogos en japonés refuerzan la ambientación. Aunque bien es cierto que su personaje no hace gran cosa en la cinta, podría haber tenido también un mayor proyagonismo.
A pesar de los cambios respecto con la obra original, porque recordemos que Ghost in the Shell: El alma de la máquina es una adaptación, es una película que se deja ver, aunque también es cierto que con algunos minutos menos de cinta hubiera estado mejor. O simplemente con haber seguido el mismo orden de acontecimientos y desarrollo de los personajes podríamos haberla disfrutado más.
Está claro que estamos ante una película que se dirige al público general, que demuestra querer ser algo que no llega a ser y se queda a medio cambio. Sin embargo, la controversiaque se generará entre los fans de la obra original respecto a esta será el principio de una veda que puede ofrecer más adaptaciones hollywoodienses de manganimes o no. Aquí os dejamos el tráiler.