"Las Chicas Gilmore arranca cuando Lorelai pide dinero prestado a sus padres, con los que apenas trata desde el nacimiento de Rory, para matricular a ésta en un prestigioso colegio de Hartford (Chilton). Los padres de Lorelai le imponen la condición de que ambas cenen con ellos cada viernes. La serie sigue las peripecias de madre e hija durante los años siguientes, con temas como recorrido profesional, sentimental, educativo, etc".
Lo reconozco, me encantan las series populares de los noventa y principios de los 2000s. Desde Yo y el mundo (Boy Meets World) hasta One Tree Hill, cada vez que me decido a ver una nueva serie de estos años, caigo irremediablemente, como si se tratara de una colina y me hubieran dado un empujón. En cierto modo es así. ¿Quién no conoce a Las Chicas Gilmore (Gilmore Girls)?
Como ocurre muchas veces, el empujón final para comenzar la serie me la dio tumblr, con esos estúpidos y adorables gifs de Lorelai y el otro personaje con el que la considero OTP. Sin embargo, si hay algo que hizo que lo viera finalmente fue la gracia que me hacía ver a Jared Padalecki (Sam en Sobrenatural) tan jovencito, iniciándose como actor.
Las chicas Gilmore es una serie que mezcla con gran facilidad drama y comedia, mostrándonos el día a día de Lorelai (Lauren Graham), una madre soltera que no ha querido nada de sus padres desde el nacimiento de su hija, cuando ella tenía dieciséis años. Rory (Alexis Bledel) aspira a llegar a una de las mejores universidades del mundo (Harvard), y para ello deberá pasar por Chilton, uno de los colegios más prestigiosos del país, pero para ello Lorelai tendrá que tragarse su orgullo y pedir a sus padres el dinero necesario para cubrir la matrícula de su hija, lo que llevará consigo las cenas cada viernes durante años.
Rory continuará siendo una estudiante de provecho que no baja del sobresaliente mientras intenta encajar en un colegio en el que la abeja reina siempre ha sido la mejor en todo —hasta ahora—. Sus aventuras adolescentes, de manos de su mejor amiga Lin distan mucho del descontrol, pero no dejan indiferente a nadie en Stars Hollow, el pueblo en el que se crió. Por otro lado, Lorelai tendrá que seguir trabajando duro en la posada que gestiona y en la que hace ya quince años comenzó como asistenta, aunque su verdadero sueño sea abrir una con Sookie, la chef.
Aunque estos dos personajes sean los protagonistas, las vidas de Rory y Lorelai se entremezclarán con las de todos los habitantes del pueblo, y especialmente los padres de Lorelai. Comenzaremos a cogerle gran cariño al huraño dueño de la cafetería del pueblo, Luke Danes, y nos enamoraremos de Dean a la par que Rory.
Si hay alguien a quien no soporté y que hizo mi experiencia viendo la serie más dura —todo lo dura que puede ser cuando te metes al cuerpo cuatro temporadas en una semana— fue el alcalde de la ciudad, que aunque se trate de un gruñón adorable para la mayoría, no hacía más que importunar a los personajes principales. Supongo que aportaba a la trama, pero no me parecía lo suficientemente importante como para que ocasionase tantos problemas.
Por lo demás, la serie de siete temporadas (y que volverá gracias a nuestro querido Netflix en unos meses para despedirse por fin) tiene unos personajes construidos de forma coherente y que evolucionan poco a poco, haciendo que te involucres en sus vidas y desees ser amigo de Rory —o quizás no, a veces es algo pedante— y ver películas mientras comes pizza con Lorelai, con el duro trabajo por parte de todo el reparto que esto conlleva.
Como ya he dicho un poco más arriba, Gilmore Girls me enganchó de una forma casi inexplicable con sus carismáticos personajes y las tramas, así como con las variadas tramas de los personajes, que solían unirse cada vez más para dar sentido a la trama principal. Eso sí, quizás gran parte de mi enganche a la serie sea culpa de todas las escenas que ya había visto y que deseaba que llegaran de una vez por todas.
También he de reconocer que la serie pierde conforme avanza, y es que aunque no sea excesivamente larga, la salida de su creadora se nota muchísimo, sobre todo en la temporada seis, aunque volviera para dar el cierre a la serie.
En resumen, quizás en cuanto a argumento, Las chicas Gilmore no sea nada especial, pero desde luego es una serie que no te dejará indiferente en ningún momento, y una de aquellas a las que es necesario al menos darle una oportunidad. Si recuerdas con cariño One Tree Hill, Popular... pero quieres algo menos telenovelesco, te recomiendo altamente esta serie. Cuidado con el vídeo a continuación, está llenito de spoilers, pero no he conseguido un tráiler de la primera temporada.
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