[RESEÑA] El cielo está en cualquier lugar | JANDY NELSON

Título: El cielo está en cualquier lugar
Autor: Jandy Nelson
Editorial: Everest
Año: 2010 
ISBN: 978-84-441-4525-9
Páginas: 352
Precio: Descatalogado.

"Lennie Walker tiene diecisiete años y vive con su tío, Uncle Big, y su abuela, Gram, y ha perdido a su hermana mayor, Bailey, hace poco menos de un mes, fallecida repentina e inesperadamente debido a un problema cardiaco. La madre de Lennie y Bailey, Paige, las abandonó hace mucho; la familia vive de las flores que cultiva Gram y de un empresa informal de catering en la que Lennie prepara lasañas. Lennie es, además, una dotada clarinetista y una lectora ferviente y continua de Emily Brontë (ha leído Cumbres Borrascosas veintitrés veces). Todo cambiará cuando empiece a encontrar consuelo frente al dolor que le provoca la muerte de su hermana con Toby, que fue novio de Bailey. Mientras, se enamorará del chico nuevo del pueblo, Joe, venido de París, que la hará reír y olvidarse de su dolor."

Hace mucho, mucho tiempo que sabía de la existencia de este libro, pero no me animé a leerlo hasta este verano, sumida por el aburrimiento, la procrastinación y el insufrible calor peninsular. 

Lennon —Lennie— Walker acaba de perder a su hermana Bailey por un problema cardíaco, y no parece ser capaz de continuar con su vida desde entonces. Vive con Abu, su abuela, a quien la describe como gigantesca, al igual que a su tío Big. Abu tiene un don especial con las plantas y además, dedica su tiempo a pintar. Tío Big no se sabe muy bien en qué trabaja, pero emplea la mayoría de su tiempo en intentar revivir insectos, fumar hierba y casarse y divorciarse. 

En el último curso, en el que Lennie se ha pasado la mayor parte del tiempo evitando las miradas de pena de la gente, aparece Joe Fontaine, un chico que ha pasado gran parte de su vida en París y, nada más ingresar en la banda del instituto, es uno de los que más destaca. La otra es Lennie, pero tras la muerte de su hermana apenas le quedan fuerzas para tocar. 

Lo siento. No puedo evitarlo. Pero si tuviera que definir a este libro con dos palabras sería tierno y superación. Desde el minuto uno, la autora consigue que nos metamos en el sufrimiento de Lennie, cómo se encierra en sí misma y en la escritura, e incluso aparta a su amiga Sarah porque no piensa que sea capaz de comprender su dolor. Parece que quien consigue que ese dolor se disipe un poco es Toby Shaw el novio de Bailey, pero quizá al principio no le ayuda tanto como ambos esperan. 

Sobre los personajes: He de decir que todos están bien definidos, tienen voz propia y una filosofía y modo de vida que he de decir que envidio. Lennie es adorable, divertida y ocurrente, y sobrelleva la muerte de su hermana como mejor puede; Joe es todo lo contrario que Lennie, con respecto a su atención inicial, es el chico más feliz del mundo, un rayo de luz en la oscuridad. 

Abu, Big y Sarah me enamoraron también por completo. Su personalidad única, la forma de ser se Sarah y Big... de los mejores puntos a favor del libro. El apoyo que suponen para ella, aunque a veces no quiera dejarse ayudar por ellos, al estar tan encerrada en la burbuja y en los poemas que va dejando tirados por cualquier parte del camino. 

El libro también deja frases que te marcan y a la vez, te parten el corazón. Tiene un ritmo muy dinámico, no pasa nada y pasan cosas constantemente. He disfrutado mucho leyéndolo y apuntando algunas de las frases que, de verdad, me han llegado al corazón. 

He de decir que si hubiera leído El cielo está en cualquier lugar antes que Cartas de amor a los muertos éste último no habría tenido tantos puntos positivos a su favor, pues las similitudes entre uno y otro son tan evidentes... y la voz de Lennie es tan distinta y fresca a la de May. 

Por ello, le doy 4 tinteros, por ser un soplo de aire fresco en un verano muy poco considerado con sus olas de calor. 

 ~ Laura B.