"Feyre, una cazadora de diecinueve años, mata a un lobo en el bosque. Como consecuencia, una criatura monstruosa llega buscando venganza y la arrastra a una tierra encantada que solo conoce a través de las leyendas. Allí descubre que su captor no es un animal, sino Tamlin, uno de los letales fae.
En su cautiverio, se dará cuenta de que lo que siente por él pasa de la fría hostilidad a una pasión que arderá a pesar de las advertencias que ha recibido."
Desde que el fenómeno
Cinder estalló, he querido hacerme con un retelling para disfrutar, así que cuando descubrí que
Sarah J. Maas (
Trono de Cristal) había publicado una novela basada en el cuento de
La bella y la bestia, tuve que hacerme con ella.
Crossbooks, el nuevo sello juvenil de Grupo Planeta, publicó
Una corte de rosas y espinas el pasado 24 de mayo, y nosotras te traemos hoy nuestra opinión de la novela.
Feyre es la menor de tres hermanas, de padre despojado de su fortuna y salud, y madre fallecida. Cuando esta última estaba a punto de marcharse para siempre, le hizo prometer que cuidaría de su familia, a pesar de su corta edad, y ella ha intentado cumplir con su promesa cada día desde entonces. Ahora, con diecinueve años,
la joven sobrevive a duras penas junto a su familia, cazando mientras Nesta se gasta las pequeñas monedas que ella gana, y Elaine vive en un mundo creado de su esperanza, con un padre que utiliza su discapacidad para evitar ganarse el pan.
Todo eso cambiará cuando el invierno se ancle en el pequeño pueblo en el que viven, y Feyre se vea
obligada a dirigirse hasta el muro que linda con Prythian, la tierra de los inmortales, para poder cazar algo y no morir de hambre. Una de sus flechas matará a uno de los seres que se encuentran al otro lado de la pared, movida por el odio, el miedo y el estómago vacío, y la ruptura del tratado hará que
Tamlin, su amigo y
jefe vaya a reclamar su parte del trato. Una vida por otra es lo que dicta el acuerdo, y el motivo por el que aquella masa de huesos llamada humana acabará en la morada del inmortal, situada en la Corte Primavera.
Desde ese momento, la joven pasará de vivir con una familia que no siente afecto ni aprecio hacia ella a habitar la casa del inmortal y su fiel amigo,
Lucien, mientras intenta aceptar el hecho de que nunca volverá a ver nada de lo que conocía hasta ahora, y que si intenta salir del lugar en el que se encuentra, con toda probabilidad morirá.
Una corte de rosas y espinas intenta retratar una de mis historias favoritas, como ya he mencionado más arriba, y sin embargo lo que sale de ese esquema inicial es un mundo tan grande, rico y diferente que se separa por completo de las ideas preconcebidas que pueda tener el lector, adquiriendo una identidad propia lejos de la original.
He de reconocer que para mí esta novela ha sido un torbellino de emociones, desde dolor a cariño, incluso vergüenza ajena, mientras paseábamos por el ansia de no poder dejar el libro a un lado. A pesar de que la narración (o quizás la traducción, no estoy segura) no me ha acabado de convencer por la repetición de palabras con tanta frecuencia, la
sucesión de eventos en capítulos que basaban su tamaño en su contenido - y no al revés - ha hecho que siguiera la historia enamorándome un poco más a cada página que pasaba.
Si bien es cierto que no encontraba gran relación entre las localizaciones en que se desarrolla la novela y las que viven Bella y Bestia, salvo la paleta de colores que surgía en mi mente según lo describía Freyre, eran esta misma la que
nos trasportaba a ellas con las nuevas vivencias que estaba experimentando.
Pero si ya de por sí la forma en que la protagonista describe los diferentes lugares te envía a ellos, la
complejidad de todos los personajes es lo que hace que te quedes con la cara entre las letras escritas por Sarah J. Maas, empatizando con ellos y haciendo sus vivencias tuyas.
En el comienzo de la novela y después de todo por lo que ha pasado,
Feyre es una chica llena de odio y vacía de esperanza, que solo busca sobrevivir un día más y que su familia hiciera lo propio, sin importar lo que tuviera que hacer para ello. Su llegada a Prythian no cambiará ese hecho, y aunque sabe que se quedará allí para siempre, no intentará trabar amistad - ni siquiera ser cordial - con su captor (Que no la obliga a quedarse con él, pero afirma que no puede salir de los límites de la tierra de los inmortales). Una chica que, después de sentir durante toda su vida el odio de una hermana y la indiferencia de la otra junto a su padre, parece que comienza a ver la luz en su miseria, incluso llegar a ser feliz, sin olvidarse de quién es. Su desconfianza y dificultad a la hora de afrontar los sentimientos será su mayor debilidad y peor enemigo en
Una corte de rosas y espinas.
En cuanto a
Tamlin, nuestro protagonista masculino, es un
ser misterioso del que apenas tenemos datos, más allá de las píldoras de información que va recabando Feyre, pero que nos provocará una ternura inmensurable conforme avanza la historia. Marcado por el dolor de la plaga que asola sus tierras, y de un pasado que no puede olvidar, se ha obligado a sí mismo a perder la esperanza, pero veremos como recupera algo de su fuerza vital conforme va conociendo a la humana. No será prácticamente hasta el final cuando podamos conocer la verdadera historia de la
bestia y descubramos cual es la amenaza a la que se enfrenta el reino inmortal.
Lucien es el leal compañero de Tamlin, su emisario en esta lucha contra la plaga, y antiguo heredero al trono de la Corte Otoño. Él ya sufrió en sus propias carnes cuál era el efecto de esa plaga y la llegada de Feyre a Prythian comenzará pareciéndole un mero engorro. A pesar de ello, humana y
alto fae se irán uniendo poco a poco en una relación de amistad que crece, para qué mentir, del más puro interés de la chica. Eso no será impedimento para que desde el primer momento conozcamos cual es la verdadera naturaleza del hombre de pelo cobrizo, cuyo comportamiento crecerá en el corazón del lector a pesar de los pensamientos de la chica.
Hablo de personajes principales, pero incluso los secundarios, y aquellos que aparecen más adelante pero de los que no os hablaré por miedo a los
spoiler, están
formados por una configuración compleja, desde el pasado de sus personajes y todas sus experiencias, hasta las evoluciones que llevan a cabo, alimentando con sus historias el argumento principal de la novela.
Sin embargo,
no he podido involucrarme del todo en la novela por unos cuantos puntos que no llegaba a comprender, desde el punto de vista que se nos mostraba. Aparte de mis problemas con la narración, que he nombrado al principio de la reseña, no acababa de entender por qué la madre de Feyre había de hacerle prometer, siendo tan solo una niña, que cuidaría de sus hermanas y su padre. Escapaba a mi entender, y cada vez que se nombraba la promesa, me salía ligeramente de la historia. Partiendo del hecho de que nunca me ha gustado la familia de la protagonista, tampoco llegaba a comprender el cambio que lleva a cabo Nesta fuera del mundo en que pasamos gran parte del libro, ni por qué de pronto Feyre parecía perdonar todo lo que había pasado por su "culpa".
Aún así, he disfrutado
Una corte de rosas y espinas casi desde la primera página, y puedo decir sin equivocarme, que estaré pendiente de las próximas publicaciones de la saga, y sobre todo de las que ya hay en el mercado, escritas por
Sarah J. Maas. Me siento obligada a no mencionar el final, ni la progresión de los acontecimientos, así que solo me queda decir que si le das una oportunidad a la novela, te emocionarás, te entretendrás, te involucrarás en la historia y adorarás a los personajes, y sobre todo, acabarás con muy buen sabor de boca.
Nosotras comenzamos a leer la novela en la Lectura Conjunta (
#LCRosasYEspinas) organizada por varios booktubers y, gracias al tiempo libre que tendremos en una semana, también acudiremos al
club de lectura organizado por Inma. Si quieres comentar la novela, ¡no te lo pierdas!