Descubrí Como locos gracias a las sugerencias de Netflix, pero la dejé en pendientes durante un buen tiempo. Hace un par de semanas le di una oportunidad a ver qué me ofrecía.
La historia da comienzo cuando Anna —Felicity Jones— está en clase. Es ahí donde conoce a Jacob —Anton Yelchin—, y desde el primero momento ella siente interés en él. Con el tiempo, van conociéndose poco a poco, pero saben que no pueden dejarse llevar demasiado, porque Anna es una chica londinense que tiene un visado de estudios en California, y en algún momento tendrán que separarse.
Los días van pasando, hasta que el visado de Anna vence y debe volver a Londres. Al darse cuenta de que hay algo que le une tanto a Jacob, que no es capaz de separarse de él, decide violar su visado y volver un tiempo más tarde a su ciudad natal.
Cuando al fin tienen que separarse, es un duro trago para ambos, y se cuestionan si deben continuar la relación, pero deciden llevarla adelante, pase lo que pase.
Una de las grandes dificultades con las que van a tener que lidiar es la diferencia horaria, —cuando uno se va a dormir, el otro está desayunando—, y van a tener que adaptarse a la distancia y a tener que viajar de un sitio para otro. También uno de los obstáculos fue que Anna violase el visado, pues cuando intentó volver a California, a pesar de que estaba a escasos metros de Jacob, el gobierno de Estados Unidos la obligó a volver a Londres sin volver al aeropuerto, después de todo el dinero, el esfuerzo y el tiempo que llevaban ambos sin verse.
Poco a poco, la relación se enfriará, ambos conocerán a otras personas, pero siempre que se reencuentran —ya sea en Londres o en California—, hay algo entre ambos que les hace conectar automáticamente y olvidarse de todos los errores que han podido cometer y los descuidos que han tenido dentro de su relación.
Siendo sincera, tengo cierta debilidad hacia el cine independiente, en especial si hay tramas duras, extrañas o tocan temas sensibles. En este caso, hace una radiografia de una relación a distancia, pero a diferencia de 10.000 km —de la cual, nada tiene que envidiar a este filme, pues en mi opinión, es más dinámica y los sentimientos afloran con mucha más facilidad—, es mucho más lenta y me costaba digerirla en ciertos momentos.
Ambos, tanto Anna como Jacob, son muy sensibles y transmiten bien que conectan, se necesitan el uno del otro. La distancia no va a ser comprensiva con ninguno, y a veces se dejarán llevar por las circunstancias, por cambios de rutina o comprobarán que no saben estar atados a una persona ni cumplir una promesa tan complicada.
Tiene una fotografía realmente bonita, la historia no es fácil de contar: tiene que reflejar mucho los sentimientos, las emociones, y a veces, en ciertos momentos, me daba la impresión de que a ambos les daba un poco igual el uno del otro cuando se encontraban a tanta distancia.
En resumen, si quieres disfrutar de una película que no sabes muy bien qué ocurrirá hasta el final, con toques de romance y drama, y si te sientes identificadx con la historia, no tienes más que echarle un ojo a Como locos.
Le otorgo 3 tinteros, porque me gustó, pero a veces se me hacía muy larga y en ciertas ocasiones los protagonistas me enfadaron, pero es una historia bien llevada y que te deja con un final edulcorado pero incierto.
~ Laura B.
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