Marvel comenzó la fase 3 de su producción en la gran pantalla en abril de este año, y este pasado viernes nos ha traído la segunda y esperada película de este periodo, Doctor Strange, en la que nos cuenta la historia de cómo el Doctor Strange se convierte en un hechicero místico.
Todo el mundo tenía grandes expectativas sobre esta película, ya que se salía un poco de la dinámica de los vengadores, a los que ya conocíamos; además del buen resultado que dio la primera parte de Los Guardianes de la Galaxia. Sobre todo, por el hecho de que uno de los actores más consagrados de este momento era el protagonista: Benedict Cumberbatch (Sherlock, El Hobbit), su antagonista Mads Mikkelsen (Hannibal, Casino Royale, Los Tres Mosqueteros) y Tilda Swinton como El Anciano.
Stephen Strange es un aclamado neurocirujano quien ha ganado numerosos premios y es conocido por su excepcional pulso; pero, tras un accidente automovilístico queda sin el pulso que le caracteriza. Desesperado, decide ir en busca de alguien que le cure, por ello marcha a Nepal donde se encuentra a El Anciano.
El comienzo es trepidante, pues lo hace con una emboscada por parte de Kaecillius (Mads Mikkelsen) quien roba un objeto importante en una de las sedes místicas; posteriormente, nos pasan con la vida del Doctor Strange, quien vive en su burbuja de ego y dinero. Después, empieza la trama fuerte de la película.
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Los personajes están bien construidos, pero eso no hace que te caigan bien, pues al principio de la película Strange es un cretino, pero poco a poco, va evolucionando para poder ayudar al resto, eso sí su gran ego permanece intacto (que esa es la gracia del personaje). No se nos explica del todo el mundo, pues yo pensaba que el gran enemigo al que se tienen que enfrentar era Thanos (pero tampoco se elimina la posibilidad que sea él).
Los escenarios y la animación de efectos especiales está muy lograda, ya que simular el cambio de realidades es muy complicado; pero se nota que en ocasiones han querido que su trabajo fue más sencillo cuando se utilizaban técnicas místicas para el cambio de la realidad pues en la gran mayoría de las veces que esto sucedía había mosaicos por medio, ya fuesen paredes o suelos (ventaja de ver la película con alguien que estudia diseño y animación).
La banda sonora también era muy buena, sobre todo el momento humorístico cuando suena una canción de una cantante actual de pop muy famosa. Además hay dos escenas post-créditos, así que quédense hasta el final de estos.
En general es una buena película, si te gustaron las anteriores de Marvel esta seguro que lo hará; salvo en el que hay momentos que se hacen un poco lentos. Por esa razón, le doy un 4’5:
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