"La serie se centra en lo que ocurre cuando un talentoso, pero despreocupado, detective se le asigna un nuevo jefe al que tiene demasiadas cosas que demostrarle. Jake Peralta es un buen detective que nunca ha tenido que demostrar nada a nadie, quizá porque tiene el récord de detenciones entre sus compañeros. Pero esta forma de trabajar cambia en el momento que llega Ray Holt a los mandos de la comandancia. Además, su compañera Amy Santiago está muy cerca de alcanzarle. Interrogatorios a sospechosos, detención de delincuentes y resolución de asesinatos. Pero por lo que realmente destaca en esta comedia es cómo los hombres y mujeres que trabajan por la seguridad de Nueva York, viven sus vidas una vez que dejan la placa sobre la mesa y se olvidan de su día laboral."
Una de mis últimas obsesiones televisivas ha sido Brooklyn Nine- Nine, una comedia, casi sitcom, en la que seguimos a un grupo de policías del cuerpo de Nueva York, concretamente de barrio de Brooklyn. Nuestro principal punto de vista será Jake Peralta (Andy Samberg), un policía joven que aun enamorado de su trabajo se lo toma poco en serio y, cuando venga un nuevo capitán (Andre Braugher) al cuerpo, tendrá que cambiar su forma de ser si quiere volver a trabajar en la calle. Mientras, Amy Santiago (Melissa Fumero) está envuelta en una competición con Peralta, luchando por atrapar un mayor número de delincuentes.
No hay mucho más que decir, además de la trama principal que en la primera temporada se basa en la aceptación del Capitán Raymond Holt, uniendo al cuerpo como nunca, la separación de otro compañero de comisaría, Boyle, a quien su mujer acaba de dejar, y la competición entre Peralta y Santiago en la que el perdedor tendrá que hacer algo que le horroriza: Si Amy pierde, tendrá una cita con Jake, pero si lo hace Jake, tendrá que regalarle su querido coche a Amy. En general, los episodios son autoconclusivos, con historias policíacas en clave de humor que avanzan poco a poco el verdadero argumento.
Comencé a ver B99 en plena semana de exámenes, necesitaba relajarme veinte minutos y cometí el gran error de ver el primer capítulo de la serie que se emite en España con Comedy Central. La primera noche logré contenerme y no ver más, pero cuatro días más tarde me había puesto al día y esperaba con ansia un nuevo episodio.
¿Es la adicción repentina la razón por la que os recomendamos Brooklyn Nine-Nine? En parte, pero es mucho más que eso. Hay algo enconcreto que me llamó la atención de la serie antes de ponerme con ella, y es su diversidad. ¿Cuántas series conocéis que tengan más de una persona de color (Hay dos afroamericanos y dos latinas), una italo-americana, un judío y un solo "white male" en teoría que, en este caso, es bastante excéntrico? Además, no solo hay una diversidad cultural muy presente en las tres temporadas, sino que trata el tema de la homosexualidad, tanto la dureza que puede traer como la naturalidad en que se intenta mover en la actualidad. Y si eso te pareciera poco, atento: Es una comedia que, a pesar de esta mezcla, no hace ninguna broma ofensiva. No hay homofobia ni racismo y tampoco machismo. Y seamos sinceros, son temas que podrían haber explotado en gran medida para causar la risa fácil en un público lamentablemente mayoritario.
Brooklyn Nine-Nine juega con el contraste de lo absurdo con la eficiencia, y es que en muchas ocasiones todo lo que ocurre parece que acabará en tragedia, con un clima de trabajo en el que priman las bromas y en la que, salvo la de Rosa, la vida privada es completamente conocida por los compañeros de trabajo. A pesar de las bromas en la oficina, los pequeños accidentes y las equivocaciones - a veces relevantes -, el equipo del 99 siempre logra resolver los casos y atrapar a los criminales.
Con unos personajes que se meten en tu corazón desde el primer momento, es posible que si le das una oportunidad a la serie acabes por hacer de toda la comisaría - Menos Scully y Hitchcock, que hacen que suelte un bufido cada vez que aparecen en pantalla - en tus bebés, protegidos.
Comencé a ver B99 en plena semana de exámenes, necesitaba relajarme veinte minutos y cometí el gran error de ver el primer capítulo de la serie que se emite en España con Comedy Central. La primera noche logré contenerme y no ver más, pero cuatro días más tarde me había puesto al día y esperaba con ansia un nuevo episodio.
¿Es la adicción repentina la razón por la que os recomendamos Brooklyn Nine-Nine? En parte, pero es mucho más que eso. Hay algo enconcreto que me llamó la atención de la serie antes de ponerme con ella, y es su diversidad. ¿Cuántas series conocéis que tengan más de una persona de color (Hay dos afroamericanos y dos latinas), una italo-americana, un judío y un solo "white male" en teoría que, en este caso, es bastante excéntrico? Además, no solo hay una diversidad cultural muy presente en las tres temporadas, sino que trata el tema de la homosexualidad, tanto la dureza que puede traer como la naturalidad en que se intenta mover en la actualidad. Y si eso te pareciera poco, atento: Es una comedia que, a pesar de esta mezcla, no hace ninguna broma ofensiva. No hay homofobia ni racismo y tampoco machismo. Y seamos sinceros, son temas que podrían haber explotado en gran medida para causar la risa fácil en un público lamentablemente mayoritario.
Brooklyn Nine-Nine juega con el contraste de lo absurdo con la eficiencia, y es que en muchas ocasiones todo lo que ocurre parece que acabará en tragedia, con un clima de trabajo en el que priman las bromas y en la que, salvo la de Rosa, la vida privada es completamente conocida por los compañeros de trabajo. A pesar de las bromas en la oficina, los pequeños accidentes y las equivocaciones - a veces relevantes -, el equipo del 99 siempre logra resolver los casos y atrapar a los criminales.
Con unos personajes que se meten en tu corazón desde el primer momento, es posible que si le das una oportunidad a la serie acabes por hacer de toda la comisaría - Menos Scully y Hitchcock, que hacen que suelte un bufido cada vez que aparecen en pantalla - en tus bebés, protegidos.
No es un secreto, además, que desde que se presente la apuesta de Jake y Amy se sabrá cuál será una de las subtramas: El paso de su relación de competición a amistad, y de allí, a algo más. Y aunque parezca algo típico, el desarrollo con el que lo llevarán aportará un nuevo aire al ambiente de la comisaría, y frustración cuando las cosas no salen bien. De hecho, en este tema aquellos que los apoyamos como pareja nos personificaremos en el mejor amigo y compañero de trabajo de Jake, Boyle, quien siempre intenta que dejen a un lado sus reparos y hablen de sus sentimientos.
Brooklyn Nine-Nine da una nueva perspectiva tanto a las series policíacas como a las comedias que podemos ver en nuestras pantallas, con tramas divertidas y algún que otro maleante recurrente al que sacan del papel antagonista para involucrarlo en la comedia como cualquier otro de los detectives del 99.
María R.
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