El director de El hundimiento, que retrató los últimos días de Hitler, esta vez nos trae el intento de asesinato hacia Hitler la noche del 8 de noviembre de 1939 en Munich, que habría tenido éxito si hubiera explotado 13 minutos antes de que el führer y sus hombres abandonaran el lugar.
George Elser —Christian Friedel— es un joven carpintero que forma parte de la resistencia y nota que la presencia del líder nazi no trae bienestar para Alemania, si no más bien todo lo contrario.
El filme comienza cuando Elser terminar de colocar su bomba casera, en una de las columnas de una cervecería de Munich. Elser, al saber que iban a reunirse los mayores dirigentes del nazismo. Sabe que tiene una oportunidad única y decide que, aunque no sea nadie importante, debe actuar para frenar la situación.
Uno de los factores que más caracterizan a la película son los contantes flashbacks que retratan momentos específicos del pasado de Georg, como: momentos de su juventud, las rivalidades entre sus amigos comunistas y los nazis, cómo conoció a su mujer, Elsa —Katharina Schüttler—, y cómo decidió dar el paso de atentar contra Adolf Hitler, entre otros de los episodios narrados.
Por una parte, capta el ambiente de la Alemania de entreguerras, la división social que ejercían en ese momento las ideologías, la resistencia de Elser y su visión de que el poder político está llevando a cabo decisiones que deben ser frenadas de inmediato. La interpretación de Friedel es, evidentemente, la que más destaca, especialmente en esos momentos donde sufre un dolor desgarrador.
Así pues, este filme solo vuelve a retratar, aunque desde el punto de vista de Elser, la insurrección hacia el dictador desde dentro de Alemania. Es una historia que te gustará y conmoverá, en especial si te gusta la historia, en especial este periodo, y más aún si no conocías la historia de Georg Elser.
~ Laura B.
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