[RESEÑA] La Cumbre Escarlata

La semana pasada la taquilla de cine llegó cargada de novedades interesantes. Desde PAN, la nueva adaptación del clásico basado en un niño que no quiere crecer, hasta El nuevo nuevo testamento, una comedia francesa que habla de la existencia de un Dios que nadie habría imaginado. Pero no podemos pasar por alto el estreno más esperado (al menos para mí): La Cumbre Escarlata, la última película de Guillermo del Toro protagonizada por Tom Hiddleston, Jessica Chastain y Mia Wasikowska.

El director y creador de Crimson Peak describe la cinta como una historia de amor gótico, y no una película de terror como está siendo catalogada en la mayoría de páginas y cines. Y es que, aunque tenga razón y Guillermo del Toro se acerque más a Cumbres Borrascosas que a The Ring, hay que reconocer que muy poca gente se ha sumergido en el género del amor gótico, y llamar a La Cumbre Escarlata una película de horror siempre llamará a las salas a más personas que si lo catalogas como romance.

La historia trata la vida de Edith, una joven americana que ha creído siempre en los fantasmas, y cómo a pesar de toda advertencia se enamora de Thomas Sharpe, un noble inglés que ha viajado por diferentes países intentando conseguir financiación para una máquina que le ayudará a explotar las minas de arcilla roja de sus tierras, ya que están prácticamente en la ruina. Cuando Edith se casa con Sharpe, se mudará a Inglaterra para vivir en la antigua casa en la que su marido se ha criado, y destapará todos los misterios que en ella se encuentran.

He de reconocer que no mucho más se puede decir sobre el argumento de la película sin soltar un gran spoiler que te la arruine. Muchas fuentes hablan de un triángulo amoroso presente en la película y formado por Edith, Thomas y Alan McMichael (Un compañero de la niñez de Edith), pero los enredos amorosos irán mucho más allá, llegando incluso a causar el escándalo entre los más conservadores.

La película tiene un ritmo rápido y una atmósfera creada entre la fotografía y la banda sonora que harán que te quedes pegado a la pantalla - ya sea de televisión o de cine - y te llenes de tensión a cada minuto que pasa. Personalmente, aunque me considere dura y adore las películas de miedo, he de reconocer que los fantasmas que ve el personaje de Wasikowska me causaban bastante grimilla, y los sustos que habían planeado con ellos hicieron que saltase en mi butaca en más de una ocasión.

Pero no es solo la ambientación y la magia del CGI lo que dotan a La Cumbre Escarlata del título de gran película. Tampoco podemos ignorar las actuaciones, que hacen que se te pongan los pelos de punta. Mia Wasikowska interpreta a una Edith crédula y poco experimentada que se dejará llevar por los deseos de Thomas, viajando hasta Inglaterra a pesar de tener toda su vida en los Estados Unidos. A pesar de ello, podremos ver cómo tiene ideas firmes (Como la existencia de fantasmas o saber a qué quiere dedicarse) que se mantendrán a lo largo de la película, y acabará mostrándonos una mejor faceta de la joven americana de la que pensábamos veríamos.

Thomas Sharpe se verá encarnado por el actor de Loki, Tom Hiddleston, y constituirá el que a mí me parece el personaje más interesante. Nunca sabes por donde va a ir, no sabes qué ha hecho en el pasado hasta que te lo descubren, y tiene un aura que provocará que no puedas fiarte de él durante los 119 minutos que dura la película. Y si con Thomas Sharpe veíamos la indecisión, la confusión que nos provoca un personaje, con Jessica Chastain y su actuación como Lucille Sharpe tenemos el extremo opuesto. Sabemos que no va a ser la protagonista de una historia de miedo, pero desde luego algo tiene que ver con todos los fantasmas que llenan su hogar. ¿Cuál habrá sido su papel?

Para conocer la película a fondo y responder a esa pregunta tendrás que dirigirte al cine más cercano, y creedme, no os arrepentiréis. 

María Reinoso