Mi tortura, mi tesoro.

 De toda historia quedan sus recuerdos
de manos como labios recorriendo tu cuerpo
a veces brutos, otros bellos.
Reflejados en los retales de una mirada perdida
tan eterna como el horizonte de este mar.

Son recuerdos olvidados que atrapan
que entre los dedos escapan
y como arena de playa se resbalan.

Aferralos, no los dejes ir.
Son parte de tu vida.
Son parte de ti.
En parte un tesoro,
En parte una cruel tortura.

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