[RESEÑA] Baby driver

En pleno verano apetece ir al cine y más aún apetecen las películas divertidas y llenas de acción. Este es el caso de Baby Driver, la última película escrita y dirigida por Edgar Wright.

Baby (Ansel Elgort) es un chico con problemas de audición debido a un accidente que tuvo de pequeño. Por eso escucha música durante todo el día y más aún durante su trabajo como conductor. Baby trabaja para Doc (Kevin Spacey) desde que llegaba a los pedales y desde entonces ha sido el conductor de huida de todos y cada uno de sus robos y atracos. Pero Baby ya está cansado de esa vida y necesita dejar este trabajo. Lo único que quiere es coger el coche, la carretera y música. Sin embargo antes de dejarlo Doc les pide un robo más, el último. Para este caso contará con Buddy (Jon Bernthal), Darling (Eiza González) y  Bats (Jaime Foxx). Además, Baby acaba de conocer a Debora (Lily James), una camarera, y no puede contarle de que trata su trabajo, así que tendrá que usar artimañas para que esta no se entere.

Desde la primera escena la película deja muy claro cuál es su juego. Estos primeros 10 minutos son toda una declaración de intenciones. Un chute de energía para el espectador que irá en crescendo conforme avance la cinta.

La cinta Baby Driver se queda ahí, en una película que promete entretener y disfrutar, y lo cumple. Si bien su trama no es muy sorprendente si que la maestría de la cámara de Edgar Wright es digna de admirar.

Una de las perlas de esta película también es su banda sonora, toda ella con un estilo pop/rock de los 80´s que quedan muy bien con toda la película. Y que además es de lo más adictiva.

Y es que Baby Driver es la mezcla perfecta de acción y música. Ya sabemos que la música suele ser un eje fundamental en todas las películas, pero aquí cobra vida propia y se vuelve un personaje más. Todo, y cuando digo todo me refiero a absolutamente todo va al son de la música. Un portazo, unas pisadas, el movimiento de los dedos, las líneas de la carretera... Todo va completamente sincronizado con la música y esto es lo que hace de Baby Driver una película sobresaliente y de su director un auténtico maestro. Además, varias de estas escenas están grabadas con plano secuencia y eso hace que la escena parezca una auténtica coreografía.

Y otro de los puntos de los puntos de Baby Driver es el trabajo que hace el propio Ansel. No sé si será por el amor que tiene el propio Ansel a la música pero el personaje de Baby parecía estar hecho a medida. En todo momento te crees al personaje de Ansel y consigue mostrar la evolución y complejidad del personaje.


El único fallo que le he encontrado a la película es el final. Como he dicho comienza con bastante energía y con una declaración de intenciones, pero el final me pareció mucho menos intenso de lo esperado. Me faltó una escena como la del principio y eso hizo que saliera con un regusto amargo del cine.

Aun así Baby Driver es pura acción y adrenalina. Una película que entretiene de principio a fin y saca alguna que otra carcajada. Todo esto con una banda sonora brillante que harán a los personajes bailar con ella.



Patri Alonso

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